En Washington, y en Gallaudet en particular, está acostumbrada a que todo sea accesible y a que ella tenga derecho a que lo sea. "Eso no es tan obvio en España. Aquí tienen botones para abrir todas las puertas. Te acostumbras a una calidad de vida y a una independencia física que será difícil en España", cuenta González, que las pasadas Navidades estuvo en Colombia y cuenta que casi no pudo salir del coche.
Además, en el artículo Inés explica algo que mucha gente desconoce: la lengua de signos es distinta de un país a otro, incluso entre países que comparten la misma lengua oral, como los hispanoamericanos.
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