Ayer se publicó en el periódico El País el reportaje Tiflotecnología, los ojos de las personas ciegas en el que aparecen varios de mis comentarios sobre la accesibilidad y la discapacidad:
“Estas páginas web deben garantizar el segundo nivel de estas pautas –uno de los tres que existen– de acuerdo a diferentes criterios”, aclara Luján. “Por ejemplo, que toda imagen tenga una alternativa textual para que el lector de pantalla pueda describirlo a una persona con discapacidad visual. De la misma forma, los videos que contiene una web deben mostrar siempre subtítulos para las personas sordas. También hay que tener en cuenta el contraste, el tamaño de las letras y los iconos…”, resume Luján.
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Garantizar el acceso universal no es costoso si el diseño web o el desarrollo de aplicaciones móviles se realizase originalmente teniendo en cuenta estas pautas, como explica Luján. Para que esto suceda, “hace falta más concienciación”, especialmente en esta carrera por digitalizar la economía. “En el ámbito político no dejan de repetir que la digitalización no debe dejar a nadie atrás, pero, si no se trabaja en estos aspectos y se actualiza la legislación para que se aplique también a todo el ámbito privado, sí que sucederá, lamentablemente”, concluye.
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