Hace poco más de un mes, una alumna del posgrado Periodismo Digial UOC-El Periódico me entrevistó para el periódico digital que editan los alumnos de dicho posgrado:
Sergio Luján Mora, doctor en Informática: "Los diarios digitales se enfrentan con diversos retos que dificultan la accesibilidad". La entrevista no estará ahí para siempre, así que también la tengo en
formato PDF y a continuación incluyo una copia:
El profesor de la Universidad de Alicante afirma que la mayoría de periódicos digitales españoles suspenden en materia de accesibilidad, pues sus versiones adaptadas no aseguran que los individuos con alguna diversidad funcional puedan acceder a la información como cualquier otro ciudadano.
Gracias a los diarios digitales, es posible informarse de lo que sucede en el muendo en cualquier momento y desde cualquier lugar. Pero, ¿este avance es así para todos? ¿Pueden personas con problemas auditivos o visuales informase a través de Internet? Sergio Luján Mora, doctor en Informática y profesor titular del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de Universidad de Alicante, es experto en accesibilidad web, y tiene muy claro que los diarios digitales españoles aún deben trabajar mucho para ser accesibles. En su blog Accesibilidad en la Web, reflexiona y analiza diversos temas relacionados con la accesibilidad y, sobre todo, lucha para que el mundo virtual sea un espacio donde, gracias a diseños adecuados, las personas con alguna diversidad funcional puedan percibir, entender, navegar e interactuar con la Web, aportando a su vez contenidos.
¿Cree que las personas con alguna discapacidad pueden hoy informarse en los principales diarios digitales como cualquier otro ciudadano?
Bajo el término discapacidad se engloba una variedad tan amplia de condiciones (muchas personas con discapacidad prefieren que no se utilice este término, sino el nuevo término “diversidad funcional”) que contestar con un simple “sí o no” sería muy simplista. Los diarios digitales se enfrentan con diversos retos que dificultan que sean totalmente accesibles. Por ejemplo, un método común de crear la edición digital de un diario es a partir de la edición normal en papel mediante un proceso de exportación/conversión. Como la edición normal en papel no necesita incorporar características accesibles, la posterior edición digital tampoco las posee a no ser que se le añadan a posteriori.
¿Qué otros aspectos hacen que los diarios digitales no sean accesibles?
Suelen hacer un mal uso de las etiquetas o marcas del lenguaje HTML, el lenguaje en el que se escriben las páginas web. Por ejemplo, en HTML existen unas etiquetas para definir encabezados y estructurar el contenido de una página en apartados, lo que permite una navegación rápida de una parte a otra de parte de la página. Sin embargo, muchos diarios digitales emplean esas etiquetas simplemente para cuestiones estéticas, por lo que desperdician una gran oportunidad para mejorar la accesibilidad de sus páginas.
Además, los diarios digitales cada vez incluyen más elementos multimedia, como infografías, gráficos animados o vídeos, que requieren un especial cuidado para lograr que sean accesibles. Por ejemplo, los diarios digitales suelen incluir vídeos con las noticias que publican, pero rara vez, por no decir nunca, los vídeos están subtitulados o se incluye la transcripción completa del audio del vídeo.
Existen varias normativas y metodologías que los medios digitales podrían implementar para mejorar su accesibilidad. ¿Podría citar brevemente las medidas más básicas que deberían implementar?
En la actualidad, las normas y métodos sobre accesibilidad web que establece el World Wide Web Consortium (W3C) son consideradas como las más efectivas y correctas. En muchos países se han llegado a incorporar a la legislación oficial en materia de accesibilidad web.
Estas normas se pueden resumir en una regla de oro: “ofrece un contenido alternativo y comprensible”. Por ejemplo, para una imagen, que no puede ser percibida por una persona con problemas de visión, el contenido alternativo es la descripción textual de la imagen, que sí que puede escuchar gracias a un lector de pantallas que es el software que emplea para utilizar un ordenador. O para un vídeo con una locución, que no puede ser percibida por una persona con problemas de audición, el contenido alternativo son los subtítulos con audiodescripción o la transcripción del audio.
Algunos medios sí han trabajado la accesibilidad, aunque de modos distintos. El Mundo, por ejemplo, estrenó una web para personas con discapacidad motriz y sensitiva. ¿Cree que es una buena idea que los medios creen webs independientes para las personas con discapacidad?
Absolutamente no. Crear una versión distinta para las personas con discapacidad está absolutamente desaconsejado por diferentes razones. En el caso de El Mundo, la versión accesible que conozco es un completo error, y por eso realicé y publiqué un estudio sobre ella hace unos meses.
¿Cómo solucionan otros medios la accesibilidad?
En el caso de 20 Minutos, la accesibilidad que ofrecen no consiste en proporcionar una versión distinta para las personas con discapacidad, sino en ofrecer un software llamado Inclusite, incorporado en su página web, que ofrece soluciones para distintos tipos de discapacidad, con lo que se logra una mejora en la manipulación y percepción de la página web, pero la versión es la misma. En este caso la solución sí que es adecuada, aunque habría que estudiar con detalle si la página web presenta problemas de accesibilidad que no se pueden resolver con ese software.
¿Es caro para un medio volverse accesible? ¿Pueden ser útiles herramientas como Inclusite?
Como en la vida real, si la accesibilidad se tiene en cuenta desde el principio, la accesibilidad no tiene que ser cara. Por ejemplo, si se construye un edificio teniendo en cuenta que sus usuarios pueden presentar algún tipo de discapacidad como puede ser el moverse en silla de ruedas, el que tenga el edificio un ascensor, una rampa o un ancho adecuado en las puertas y pasillos no tiene que suponer un sobre coste. Es más, un ascensor o una rampa no sólo es una ayuda para una persona en silla de ruedas, sino que también es una gran ayuda para una persona con un carro de la compra, con un cochecito de bebé o que realice una mudanza.
Una herramienta como Inclusite puede ser una ayuda, pero no es la solución definitiva. Inclusite ayuda a mitigar ciertos problemas de accesibilidad que pueden existir en las páginas web, pero no hace milagros.
¿Algún medio español aprueba la asignatura de la accesibilidad?
Sería necesario realizar un análisis muy exhaustivo. Pero en base a una exploración rápida que he realizado, los resultados no son muy positivos.
La BBC cuenta con contenidos específicos para acercar la actualidad a las personas con dificultades de aprendizaje. Y es que cuando se habla de accesibilidad siempre suele relacionarse con personas con barreras visuales o auditivas, pero no contamos con las que presentan alguna discapacidad intelectual. ¿Cree que los medios digitales deberían contemplar la accesibilidad para este grupo de personas?
La discapacidad intelectual, también llamada algunas veces mental o cognitiva, es la gran desconocida, tanto, que a veces se confunde con la discapacidad psíquica. Para lograr la máxima accesibilidad hay que intentar ponerse en la piel de la otra persona con el fin de enfrentarse con las mismas barreras que esas personas sufren. Es difícil ponerse en la piel de una persona ciega o sorda, pero se puede simular en parte, por ejemplo, apagando la pantalla del ordenador o desconectando el sonido del ordenador. Sin embargo, simular la discapacidad intelectual es muy difícil. Además, el término discapacidad intelectual es una especie de cajón de sastre que encierra un conjunto de condiciones muchas veces muy diferentes.
Sí que sería positivo que los medios digitales contemplasen también la mejora de la accesibilidad de cara a este tipo de usuarios. Por ejemplo, se podrían crear versiones específicas (y en este caso, aunque antes haya dicho que no se debe crear una versión alternativa, no hay otra solución) para las personas con dificultad lectora o de comprensión. Esto se podría lograr de forma automática o semiautomática aplicando todas las tecnologías que existen para el procesamiento del lenguaje humano, como puede ser la creación automática de resúmenes.