El resumen corto es que, en vez de sancionar a RENFE por la falta de accesibilidad de su sitio web, se ha condenado a la ACIC a pagar 4000 euros en concepto de costas por presentar una denuncia. Vale la pena leer toda la historia porque es sorprendente que puedan pasar estas cosas.
Por supuesto, después de esto, pocos valientes se volverán a atrever a denunciar la falta de accesibilidad web en España.
En los siguientes enlaces, algo más de información:
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